Las cortinas en una oficina tienen unas características propias muy diferentes de las que se utilizan en el hogar. Tienen que ser decorativas, pero también tienen que cumplir con otras condiciones para resultar adecuadas a un ambiente laboral.

Para empezar, todo va a depender del tipo de ventanas que haya en la oficina. Por ejemplo, estamos hablando de ventanas convencionales, con un tamaño estándar o si hablamos de ventanales de gran tamaño, que llegan hasta el suelo y que en muchas ocasiones sirven de separación entre diferentes ambientes y despachos.
En cualquier caso, las máximas son siempre las mismas: buen precio, fácil limpieza y una imagen acorde con la imagen de la empresa, que cause una buena impresión en clientes y en aquellos que vean la oficina desde el exterior.

Ventanas convencionales

Para las ventanas convencionales no cabe duda de que la mejor opción son los estores enrollables más sencillos realizados en material lavable. Hablamos de estores que se pueden fabricar a medida para cualquier ventana y que se pueden incluso personalizar, por ejemplo con el logo de la empresa.
Este tipo de estores también permiten el estampado fotográfico, algo que puede ser interesante dependiendo del tipo de negocio. Por ejemplo, fotografías de destinos turísticos para una agencia de viajes.

Este tipo de estores se limpian muy fácilmente. Ni siquiera hay que desmontarlos. Solo hay que pasarles un paño húmedo para que se mantengan impecables, por lo que sus cuidados estarán incluidos en la limpieza normal del despacho, sin tener que recurrir a lavanderías u otro tipo de servicios especiales.

Grandes ventanales

Para los grandes ventanales se pueden utilizar también estores enrollables de más tamaño o en mayor número, pero la mejor opción es usar cortinas de lamas verticales. Su funcionamiento es similar al de una persiana veneciana pero las lamas van desde arriba hasta el suelo en lugar de ser horizontales.
Se pueden graduar para que entre más o menos luz y para permitir o no que se vea el interior y también se pueden recoger a los lados si se quiere que el cristal quede totalmente despejado.

Al igual que los estores, estas lamas se realizan en tejidos que imitan tela pero que son sintéticos y muy fáciles de limpiar sin tener que desmontar la cortina. También se pueden fabricar a medida y admiten personalizaciones si se quiere que tengan la imagen de la empresa, para que combine así con la estética que desee el consumidor.